Anatomía aplicada al yoga. Todo lo que tienes que saber
Si eres profe de yoga, estás estudiando para serlo o simplemente eres curios@, sabrás que conocer la anatomía del cuerpo humano es fundamental para la práctica de yoga.
Entender los movimientos te permite crear clases enfocadas en una zona concreta y saber qué músculo o articulación tiene afectado tu alumn@, te ayuda a adaptar tus clases.
En definitiva, la anatomía del yoga es una asignatura por la que tienes que pasar sí o sí, pero no te asustes, tampoco es necesario tener un conocimiento muy profundo y específico para poder ponerlo en práctica.
¡Así que quédate a leer este artículo si eres de esas personas a las que se les atraganta el tema de anatomía! 👇
¿Qué es la anatomía y por qué es importante para la práctica de yoga?
Antes de comenzar, hay que ponerse científicos y saber qué es la anatomía 🧐.
Según la web MedlinePlus es “la ciencia que estudia la estructura del cuerpo”, huesos, músculos, órganos… y cómo estos se relacionan.
La práctica de asanas es una disciplina que implica el movimiento de la mayoría de nuestro cuerpo por lo que tiene sentido que la anatomía sea importante a la hora de practicar.
Y es que conocer la anatomía aplica al yoga nos ayuda a:
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Entender mejor el cuerpo humano. Esto te será de gran ayuda tanto aplicado a ti mism@ como a tus alumn@s. Y es que saber dónde están nuestras limitaciones nos ayuda a trabajarlas en profundidad para mejorar.
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Evitar lesiones. Calentar y trabajar una zona, conocer las limitaciones y el rango de movimiento de cierto músculo o articulación evitará que nos hagamos daño y nos lesionemos.
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Mejorar la salud. Saber de anatomía, como profe y practicante de yoga, te ayuda a crear rutinas equilibradas donde se trabaje todo el cuerpo.
La importancia de la columna vertebral
Conocer bien la columna vertebral nos permite poder ajustar las clases a las dolencias o problemas de nuestr@s alumn@s (además de ayudarles y ayudarte a prevenir posibles daños y dolencias) 😖.
Las principales funciones de la columna son:
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Dar soporte y movimiento al tronco.
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Ayudar con el equilibrio.
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Proteger la médula espinal.
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Ser punto de anclaje de muchos músculos y órganos.
Y para poder llegar a entenderla bien, es necesario conocer sus movimientos:
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Extensión. Este movimiento supone un arqueo de la columna hacia atrás, como cuando realizamos Ustrasana (Postura del Camello), por ejemplo.
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Flexión. Este movimiento es hacia delante, por ejemplo Paschimottanasana Postura de la Pinza).
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Rotación. Cuando giramos hacia un lado u otro como en Marichyasana C (Postura del Rayo de Luz).
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Flexión lateral. Cuando nos inclinamos para estirar un costado u otro, por ejemplo en Utthita Trikonasana (Postura del Triángulo Extendido).
Antes de empezar una clase y especialmente cuando tienes nuevos alumnos, debes preguntar si tienen alguna dolencia en la espalda o a nivel cervical para que así puedas dar alternativas que protejan la salud de su columna. Pero si la afección es grave, es mejor que consulten con su médico antes de empezar a practicar.
Pero además, es bueno que periódicamente, incluyas una rutina enfocada en fortalecer, estirar y relajar la espalda como prevención y cuidado de la salud de tus alumn@s (y de ti mism@ si lo aplicas a tu práctica personal) 🥰.
El sistema esquelético
El sistema esquelético es la base donde se sustenta todo nuestro cuerpo y está compuesto por huesos, ligamentos y otros tejidos que forman estos ligamentos como el líquido sinovial, el cartílago, los meniscos… pero no queremos ponernos muy técnicos en este sentido y sí centrarnos en aquellas partes que puedes aplicar a la práctica de yoga.
Nuestros huesos son muy fuertes, pero con la edad empiezan a debilitarse y a perder densidad ósea, por eso debemos tener especial cariño con aquellas personas mayores que acudan a nuestra clase.
Como hemos mencionado antes, forman también parte del sistema esquelético los ligamentos y los tendones cuya principal función es unir los huesos entre sí y hacer posible el movimiento 🦴.
Reparar un hueso puede ser relativamente sencillo, pero cuando los ligamentos y las articulaciones sufren, es más complicado.
La articulación más importante es quizás la rodilla, ya que esta soporta el peso de todo nuestro cuerpo y nos permite caminar, por eso es importante protegerla durante las clases de yoga. Para evitar lesiones puedes tener en cuenta:
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Cuando la flexionamos hacia delante, evitar que la rodilla sobrepase la línea con el tobillo.
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En asanas como Virabhadrasana 1 y 2 (Postura del Guerrero 1 y 2), evitar que se desplace hacia dentro.
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No poner excesiva presión sobre ella. Por ejemplo, evitar apoyar el pie sobre ella en Vrikshasana (Postura del Árbol).
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En asanas como Baddha Konasana (Postura de la Mariposa), podemos poner soportes bajo nuestras rodillas como bloques o mantas para aliviar la tensión en ellas.
El rango de movimiento que cada alumn@ pueda hacer dependerá mucho del estado de su sistema esquelético y muscular, por lo que como profesor debes estar atento a las necesidades de cada uno.
El sistema muscular
Los músculos son los órganos encargados de dar movimiento a los huesos, ligamentos y articulaciones. Estos no trabajan solos, es decir, que para hacer un determinado movimiento hará falta la colaboración de varios conjuntos de músculos 💪.
Podemos encontrar 3 tipos de músculos básicos: esqueléticos (estos se insertan en el hueso y dan movimiento a las articulaciones), cardíacos (se encuentran en el corazón) y lisos (podemos verlos en los vasos sanguíneos).
Estos funcionan mediante contracción, es decir, para que se dé el movimiento que queremos es necesario que los músculos encargados del movimiento se contraigan. Por ejemplo, si quieres levantar una botella de agua, tu bíceps, junto con otros músculos, se contraerán permitiéndote levantarla.
La contracción puede ser:
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Concéntrica. El músculo se acorta para generar más fuerza.
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Excéntrica. El músculo se alarga para generar menos fuerza.
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Isométrica. La longitud del músculo no cambia porque la fuerza es igual a la resistencia que hay.
Pero lo que muchos yoguis se preguntan cuando hablamos de músculos es: ¿cómo puedo hacerlo más flexible? Pues bien, para responder a esto, vamos a ir al libro de Anatomía del Yoga de Leslie Kaminoff y Amy Mattews.
En este manual, que ya recomendamos en el artículo “9 libros de yoga básicos para cualquier yogui”, se dice que la flexibilidad de un músculo es la capacidad que tiene este de alargarse y esa capacidad depende de las terminaciones nerviosas de este. Estas terminaciones nerviosas responden a experiencias previas. Es decir, que nuestros músculos son más o menos flexibles dependiendo de si en nuestro día a día necesitamos serlo o no.
Así que si quieres ser más flexible solo hay un camino, trabajar la flexibilidad cada día, con paciencia y constancia.
Observa tu cuerpo en las asanas
Una vez hecho un repaso por la anatomía básica, llega la hora de observar nuestro cuerpo en la práctica de asanas 🧘.
Un mayor conocimiento y conciencia hace que podamos percibir las sensaciones más sutiles, prevenir lesiones y hacer hincapié en aquellas zonas donde guardamos más tensión.
Un buen ejercicio para desbloquear zonas es llevar la conciencia y la respiración justo al punto donde sentimos tensión y mantener la postura unos minutos. Puede parecer muy simple, pero es una herramienta muy potente, ya que lleva el mensaje al cerebro de relajar la zona.
Conforme vayas avanzando en tu práctica, verás que cada vez te resulta más sencillo sentir tu cuerpo como un todo y esta sensación te acompañará también fuera de la esterilla.
