Cómo empezar en el yoga y convertirlo en un hábito
Seguro que conoces a alguien que acaba de empezar a hacer yoga y no para de contarte lo maravilloso que es. Y claro, al final te pica el gusanillo y tú también quieres probar.
La mejor forma que se te ocurre para comenzar es meterte en Internet y buscar: cómo empezar en el yoga, pero nada te convence. Así que vas a YouTube y…¡encuentras tanta información que no sabes por dónde empezar!
Al final acabas hech@ un lío y te rindes.
Esta situación nos ha pasado a tod@s. Por eso, en este artículo queremos darte las claves de cómo empezar en el yoga para que logres convertirlo en un hábito.
¡Allá vamos! 🚀
Para empezar en el yoga olvídate de estilos
Si alguna vez has hecho yoga, ya sea en un centro o en casa, sabrás que se suele indicar el tipo de yoga de la clase: Hatha, Vinyasa, Jivamukti, Ashtanga…
Y la verdad es que si tuviéramos que conocerlos todos daría, por lo menos, para escribir un libro.
Hay muchas escuelas y estilos de yoga y eso es genial porque hace que cada uno pueda encontrar esa práctica con la que se siente más cómodo. Sin embargo, cuando empezamos en el yoga esto tiene un efecto contrario; nos confundimos por exceso de información 🤯.
Lo mejor es olvidarse de estilos.
Cuando tengas una práctica habitual y conozcas los fundamentos del yoga, podrás probar diferentes estilos y elegir el que mejor se adapte a ti.
Pero claro, si vas a un centro donde las clases están divididas según el tipo de yoga, ¿cuál debes elegir?
La mejor opción en ese caso es el Hatha Yoga; el estilo más clásico. Este te va a dar la oportunidad de ir entrando en el mundo del yoga de una forma muy paulatina.
Independientemente del estilo, el yoga está compuesto por diferentes asanas o posturas que son comunes a todos. Así que lo mejor es que conozcas cuáles son las secuencias básicas para comenzar en el yoga con buen pie.
Las asanas principales para empezar en el yoga
Como hemos mencionado arriba, todos los estilos de yoga se basan en una serie de asanas y secuencias básicas.
A continuación, te explicamos cuáles son y qué estructura vas a encontrar si decides hacer una clase de yoga.
Los saludos al sol 🌞
Hay diferentes tipos de saludos al sol, pero aquí nos centraremos en los más clásicos: Surya Namaskar A y B.
Los saludos al sol son una forma de calentamiento; una manera de ir despertando el cuerpo y preparándolo para la práctica.
Son secuencias fijas en las que el movimiento va acompañado de la respiración. Es como una especie de danza o conversación que tenemos con nosotros mismos.

Las posturas de pie 🙏
Después de los saludos al sol, lo más común es continuar con asanas de pie como El Guerrero 1 y 2 (Virabhadrasana 1 y 2) y alguna postura de equilibrio.
El motivo de hacerlo es para ir aumentando la exigencia de la práctica hasta llegar a la parte final donde volvemos a bajar el ritmo. Se podría decir que la intensidad de una clase de yoga tiene forma de montaña.
Las posturas sentadas 🧘♀️
Después de las asanas de pie vienen todas aquellas que realizamos sentados. Por lo general, en esta parte de la clase ya vamos bajando el ritmo.
Sentados en la esterilla podemos hacer infinidad de asanas que nos ayudan a mover la columna. Como por ejemplo: las torsiones, las flexiones y las extensiones.
Las posturas de cierre 🤸♂️
Durante la práctica de yoga movilizamos la energía por todo el cuerpo y son las posturas de cierre las que nos ayudan a equilibrarnos de nuevo.
Estas posturas suelen ser invertidas (asanas en las que el corazón esté por encima de la cabeza) y aportan grandes beneficios para todo nuestro cuerpo.
La importancia de Savasana 🕉️
Aunque pueda sonar extraño, Savasana (Postura del Cadáver) es para muchos la asana más difícil de realizar, ya que implica que estemos durante un buen rato quietos sin hacer nada.
Sin embargo, nunca deberíamos saltárnosla porque cumple una función fundamental. Nos ayuda a regular de nuevo toda la energía que hemos puesto en movimiento durante la sesión.
De esta forma, Savasana hace que nuestro sistema nervioso vuelva a un estado de equilibrio.
El tiempo que estés en la postura va a depender de qué tipo de yoga hayas practicado, pero lo mejor es que la mantengas entre 5 y 15 minutos.
Si te cuesta mucho estar ese tiempo en silencio y entregado al abandono, te recomendamos que pongas algo de música suave de fondo o algún mantra que te guste. Ya verás que cuando salgas de ella te sentirás como nuevo.
La autopráctica: tu aliado para crear un hábito
En otros artículos del blog, hemos hablado sobre las diferencias de practicar yoga en casa o en un estudio. Y la verdad es que lo ideal sería una combinación de ambas (por lo menos cuando estamos empezando).
En una clase guiada en estudio, tenemos la posibilidad de recibir correcciones de nuestro profesora o profesor y consultar todas las dudas que se nos planteen.
Sin embargo, el mejor maestro que puedes tener eres tú mism@ 🌹
Cuando realizas tu autopráctica, tienes la oportunidad de entrar en el asana a tu ritmo y como tu cuerpo te pida. Una vez en ella, puedes explorar diferentes variantes que te ayuden a ir conociéndote.
La autopráctica es el mejor método para ir creando un hábito en torno al yoga.
Y con esto no queremos decir que tienes que pasar horas y horas practicando. Puedes empezar por unos saludos al sol por la mañana e ir despertando el cuerpo. O algunos estiramientos y asanas suaves a última hora de la tarde para descansar.
Es mejor que tu rutina inicial sea sencilla pero constante a que practiques durante horas una vez a la semana.
Ve poco a poco, respetando tu cuerpo y nunca forzando nada.
Si después de este artículo todavía no sabes muy bien por dónde empezar en el yoga, te recomendamos que le eches un vistazo a nuestro perfil de Instagram. Dos veces a la semana contamos con invitadas muy especiales que nos traen rutinas de yoga sencillas, amenas y muy efectivas.
¿Te animas?
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