Ser profesor/a de yoga, ¿placer o vocación?
En los últimos meses, la demanda en cursos para profesores de yoga ha aumentado en todo el mundo.
Y no es de extrañar, ya que esta práctica cuenta con cada vez más seguidores.
Pero, ¿esto quiere decir que esos cursos son exclusivos para aquellos que buscan ser profesor? ¿O también sirven para ampliar conocimientos por puro placer?
Si has llegado a este artículo es porque te gustaría hacer algún curso de yoga, pero no sabes si lanzarte o no.
Pues bien, aquí te contamos los 5 principales motivos por los que deberías apuntarte.
AVISO: ser profesor no está entre uno de ellos 😉.
Ser profesor de yoga te permite...
#1 Conocer la ejecución de las asanas
Hay yoguis que, después de años de práctica, no saben cómo hacer un Guerrero 1 (Virabhadrasana 1), por ejemplo.
Y esto pasa porque nos limitamos a hacer lo que nos dicen. Vaya, que vamos en modo automático.
“Da un paso atrás y levanta los brazos”; “no arquees la espalda”; “que tu rodilla no se meta hacia dentro…”
Son órdenes que llevamos a cabo sin saber el motivo 🤔.
En un curso de yoga vas a conocer la ejecución y la alineación correcta de cada postura.
De esta forma, puedes regularte y hacer los ajustes necesarios para sentirte cómod@ en la asana.
Además, no solo conocerás la alineación ideal, aprenderás a simplificar cada postura y a cómo ir trabajándola poco a poco y progresar en tu autopráctica.
#2 Saber más sobre anatomía
“Me he levantado con dolor de cuello, ¿qué puedo hacer para aliviarlo?”
Seguro que más de una vez has pensado eso.
Conocer nuestro cuerpo y anatomía nos permite saber qué músculo actúa en cada movimiento. Esto nos ayuda a detectar mejor nuestras dolencias y a saber cómo aliviarlas.
Y un curso de yoga te puede venir genial para eso.
En ellos aprenderás sobre grupos musculares, rango de movimiento y anatomía. Todo ello aplicado al yoga, claro.
Sabrás qué asana es la mejor para estirar tu espalda o qué beneficios te aportan las extensiones de columna.
Conocerse a uno mismo en todos los niveles hace que podamos escucharnos mejor y darnos en cada momento aquello que nuestro cuerpo nos pide y necesita 🤗.
#3 Acercarte a un enfoque más filosófico
El yoga es mucho más que una disciplina física; eso es algo que ya sabemos todos. Y es que cuenta con una parte más espiritual que es igual de importante que la ejecución de asanas.
Practicar yoga es abrazar un estilo de vida que te permite estar más presente en tu día a día y conseguir un bienestar mayor 🌷.
Y para ello, conocer su origen y filosofía te ayudará a tener un enfoque más holístico.
En una formación de yoga estudiarás textos antiguos como los Yoga Sutras así como las claves de la medicina milenaria del Ayurveda. Todo un mundo de conocimientos por descubrir.
#4 Especializarte en un estilo
Si llevas tiempo haciendo yoga puede que ya sepas qué tipo encaja mejor contigo y cuáles no practicarás más 🙅♀️.
Eso es genial, porque quizás este sea el momento perfecto para hacer un curso que te ayude a profundizar.
¿Eres de secuencias dinámicas y originales? Entonces el Vinyasa Yoga es tu estilo.
¿Te gustan las rutinas fijas? Tienes el Ashtanga Vinyasa Yoga.
Sin embargo, no pienses que todos los cursos se centran en un estilo en concreto. De hecho, la mayoría son generales y ya luego tú decides si especializarte en uno o no.
#5 Crear tus propias rutinas
Para mejorar y avanzar en el yoga no hay nada como la autopráctica.
Gracias a ella logras conocer tu cuerpo y qué aspectos te gustaría mejorar.
Además, practicar solo te da el espacio que necesitas para poder entrar en un asana o quedarte todo el tiempo que quieras.
Pero claro, si no tienes conocimientos básicos, es más complicado.
Debes saber que por cada postura en yoga hay otra que la contrarresta. No seguir esta pauta puede significar crear una secuencia poco equilibrada ⚖️.
Y en un curso de yoga conocerás las claves para diseñar una rutina completa, en armonía y restaurativa.
Nunca he hecho yoga, ¿puedo formarme como profesor?
Esta pregunta es muy común cuando decides ser profesor de yoga y la respuesta es un gran "depende". Como casi todo en la vida.
En la mayoría de sitios te dirán que no, que debes tener una práctica regular antes de tomar la decisión de formarte como profesor. Si cuentas con conocimientos previos, los conceptos no te pillarán de nuevas y podrás sacarle mucho más partido a la formación 📖.
Sin embargo, si tienes el tiempo suficiente como para dedicarte 100 % al estudio y la práctica del yoga, en muy poco conseguirás evolucionar y estar listo para enseñar.
Eso sí, el hábito hace al maestro. Debes ser regular y constante si quieres ver resultados.
Ser profesor de yoga: mucho más que una formación
En Idilik es importante que nuestro equipo esté formado en yoga. No solo para estar más conectad@s y saber de lo que hablamos, sino para comprender y compartir el amor por esta disciplina.
Cuando eres practicante, formarte como profesor es el paso que te queda para terminar de enamorarte y no abandonar el hábito nunca ♾️.
Ahora ya que conoces los 5 motivos por los que ser profesor de yoga, la decisión está en tu mano.
¿Te animas?
¿Sigues teniendo dudas?
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